Down & Out - IMPRESIONES

Libertad urbana

Hay géneros aparentemente vetados cuando se trata de ponernos un visor en la cara. La vista en primera persona casi "obligatoria" hace que algunos ciertos productos se enfrenten a ciertas barreras en los cimientos de su diseño que parece complicado saltarlas. Down & Out quiere golpear primero para que caminar por sus calles nos haga recordar a grandes como Final Fight o Streets of Rage. Zatun como desarrolladores tiene una complicada labor por delante.

Y para no engañaros, las primeras sensaciones a los mandos nos hacen ver un título demasiado prematuro como para siquiera estar cerca de su objetivo. Sin saber muy bien quienes somos ni qué hacer basta con caminar por las calles de la ciudad para que salten las alarmas. Las gente que por allí pulula se abalanza sobre nosotros para soltarnos unas cuantas tortas y nosotros, para no ser menos, nos toca devolverlas. El sistema de combate es muy sencillo y basta con golpear con nuestros puños al rival (o rivales).

El problema viene cuando la respuesta, sobre todo después de jugar a Creed: Rise to Glory - Championship Edition, es tan poco resultona. Da la sensación de golpear siempre al aire aunque los puños impacten sobre la cara del rival y la ausencia de vibración no mejora esto. Este no puede recibir más golpes hasta hacer una animación concreta, volviendo todo demasiado tosco, lento y artificial. De igual modo tampoco puede golpearnos, pareciendo tener un saco de boxeo frente a nosotros al que le baja la vida muy lentamente haciendo de cada combate un suplicio.

Down & Out necesita ritmo e incentivar al jugador de modo que quiera perderse por su calles

Al menos podemos bloquear ataques cubriendo nuestra cara (sin mucho feedback) y acumular energía para liberar una racha de golpes más fuerte e incluso un parry si golpeamos en el último instante. Al final, más allá de pasear por unas calles llenas de gente en busca de gresca y toparnos divertimentos para ganar dinero, no hay mucho más que hacer en Down & Out. Tiene sobre la mesa interesantes ideas ya que casi cualquier objeto del escenario puede ser arrojado sobre los rivales (las físicas no acompañan mucho), coger un carrito de la compra para arrollar a los que se crucen por delante o subir en bici para ir más rápido.

Pero claro, la ciudad a penas son unas calles, muchas sin salida, por las que acabamos encestando unas canastas, recoger la basura o atrapar al repartidor de periódicos para ganar dinero y comprarnos nuevos guantes que con suerte mejoran nuestro ataque. Todo con unos gráficos muy genéricos y pobres, sin chispa, con unos modelados humanos sin vida al igual que una ciudad necesitada de una motivación que nos ayude a recorrerla. Porque su música en bucle de unos pocos segundos no ayuda en exceso.

Los combates son su núcleo pero el resultado no acompaña.

Down & Out necesita ritmo e incentivar al jugador de modo que quiera perderse por su calles. Pero sobre todo buscar un leitmotiv que le ayude a saber qué ofrecer y cómo. Queremos un beat'em up en realidad virtual pero soltar enemigos, de inteligencia limitada, por un escenario sin gracia no basta para querer romperle la cara al primero que pase frente a nosotros.

Impresiones tomadas en PlayStation 5 con PSVR2 sobre la versión del juego 1.000.001.