Bounce Arcade: ANÁLISIS

Rebota, rebota...y en tu cara explota

En una época muy, muy lejana los pinball inundaban bares y salones recreativos. Unas aparatosas máquinas de diversión infinita con una reglas extremadamente sencillas: impedir que una bola de acero se cuele por el fondo de la mesa golpeándole con un par de flippers situados justo a sus puertas. Había más intríngulis jugable, claro está: golpear interruptores, pasar por túneles ocultos,  cruzar puentes o pisar zonas luminosas que hacían incrementar nuestra puntuación. La suerte tenía mucha presencia pero también nuestra habilidad y fuerza.

Bounce Arcade viene de la mano de Velan Studios, padres del conocido Mario Kart Home Circuit lanzado para Nintendo Switch hace unos años que mezclaba la realidad aumentada con el juguete físico. Con ese portafolio teníamos muchas ganas de ver lo que serían capaces de hacer para reformular un juego tan clásico por los pinball y lo cierto es que han dado en el clavo. Bajo una vista en primera persona manejamos el equivalente a los flippers con cada uno de los mandos. El movimiento es completamente libre a diferencia del concepto original.

Y lo cierto es que tras el tutorial inicial convence. No es un juego de pinball al uso pero sí conserva todos los ingredientes para sentir que estamos a los mandos de uno. Los flippers están imantados permitiendo cierto margen de error al coger la bola porque aquí, durante unos instantes, la agarramos para devolverla a la pista hacia donde apuntemos. Además una vez lanzada hay cierto margen de maniobra para dirigirla al punto deseado. Así hacerla golpear un objeto dependerá de regular el tiro con efecto en una combinación gestual de precisión y rapidez.

¿Lo demás? Las mismas reglas que en una máquina tradicional. Bounce Arcde ofrece cuatro escenarios, a todas luces escasos, activando interruptores, iluminando letras y participando en ciertos minijuegos dentro del propio tablero con el mismo control de los flippers. Igualito que lo que hemos jugado en otros juegos como Star Wars Pinball pero aplicado a esta nueva fórmula. Como las comparaciones son odiosas es cuando vemos que la idea de Velan Studios se queda en la superficie de lo que podría ser por ese reducido número de niveles y por tanto de las posiblidades de juego a medio y largo plazo.

Cada mesa ofrece unos cuantos objetivos a cumplir si afinamos la puntería.

Escaso e irregular

A pesar de sus bondades Bounce Arcade se queda corto. Por una lado las cuatro ambientaciones son estancias cuadradas pequeñas y de posibilidades limitadas. Y por otro no todas ellas son igual de interesantes e incluso, pensamos, alguna podría haberse descartado directamente. Y es algo que no logramos comprender. Una máquina arcade debe capturar la esencia de la inmediatez y rapidez mientras nos saltan a la cara y oídos un sinfín de inputs audiovisuales fugaces pero intensos para llamar nuestra atención y querer más y más. Y justo eso es lo que el juego de Velan Studios no consigue transmitir. Al menos no siempre.

La música bebe directamente de los sintetizadores ochenteros lo que junto a su apariencia de neones afianzan un curioso apartado audiovisual. Cierto es que tal decisión hace brillar menos las diferentes ambientaciones por sus obvias similitudes gráficas pero también le otorga un punto diferencial muy interesante. Nos gustaría más viveza en cada nivel, como el del galeón pirata con sus cañones (que no disparamos) y oleajes marinos (que no tenemos) lo que al final queda un Tron algo descafeinado precisamente por la poca variedad que permiten sus reducidos escenarios. Los minijuegos añaden ese punto necesario pero no dejan de ser momentos concretos.

No es un juego de pinball al uso pero sí conserva todos los ingredientes para sentir que estamos a los mandos de uno a pesar de quedarse corto en su oferta

Lo bueno es que las posibilidades jugables de cada mesa se identifican como objetivos a cumplir siendo visibles desde el menú principal con su icono y descripción propia (con textos en español). Sin duda un aliciente para intentar exprimirlos al máximo y sobre todo mejorar nuestras puntuaciones para escalar a lo alto de la clasificación online. Si vemos que es demasiado desafío para nosotros siempre nos podemos conformar con los clásicos trofeos locales de oro, plata y bronce... o incluso ir a por el platino. Complicado pero factible.

Tiene todas las papeletas para ser mejor de lo que es pero por desgracia la idea de Bounce Arcade no ha sabido aprovechar esta reinvención de una fórmula tan trillada. Su contenido parece brillar poco más allá del primer nivel y esas buenas vibraciones iniciales se desvanecen por el desacertado diseño de mesas, corazón vital de este tipo de máquinas. Esperemos que el tiempo nos traiga más y mejores niveles porque sin duda su fórmula está diseñada para ofrecernos diversión inmediata y directa a la que querer volver una y otra vez pero que, por desgracia, ahora mismo no lo pone sobre la mesa, nunca mejor dicho.

El tamaño de las mesas es algo reducido por lo que no ofrecen tantos secretos como nos gustarían.

Conclusión

Bounce Arcade es una estupenda idea lastrada por un diseño de mesas irregular y poco inspirado además de estar limitadas por un tamaño demasiado pequeño como para ofrecer algo más interesante a medio plazo. Las pocas disponibles actualmente tampoco ayudan a querer quedarnos en este "bar" de neones multicolor tanto como nos gustaría por lo que tocará esperar a la bola extra para hacerla rebotar por todas partes.

Análisis realizado en Meta Quest 3 sobre la versión del juego 1.2