Thumper - ANÁLISIS
18 ENE 2017 8:25
La esencia del arcade más puro se encuentra tras este agresivo y siniestro título donde nuestros reflejos y capacidad de concentración se verán severamente cuestionados. Si crees estar preparado para darlo todo y vaciarte por completo con un pad en la mano sigue leyendo, porque Thumper está hecho para ti.
El escarabajo que todos llevamos dentro
Thumper es uno de esos juegos que se te quedan grabados en la memoria una vez que los juegas. La propuesta agresiva y directa que ofrece en todos sus aspectos lo sacan rápidamente del saco de la mediocridad y obliga al que lo juega a rebuscar en su mente un hueco donde poder clasificar este explosivo cóctel de violencia rítmica, psicodelia y frenetismo.
Con un sistema de control basado en un único botón, Thumper es capaz de recuperar la mejor versión del espíritu arcade ofreciendo altas dosis de jugabilidad y diversión de manera instantánea. La estupenda acogida que ha tenido entre los usuarios junto con las nominaciones en los últimos Game Awards (mejor juego VR y mejor música) no hacen sino confirmar que se trata de un juego muy a tener en cuenta y al que merece la pena echar un vistazo con detenimiento.
Thumper formó parte del catálogo de lanzamiento de PSVR, y recientemente sus desarrolladores lo han incorporado también a Steam y Oculus Home, por lo que el título está disponible para todas las plataformas de realidad virtual.
Contexto
Si bien el juego no nos propone una historia de forma explícita, podríamos decir que Thumper es, en esencia, un juego de terror psicológico. Sin saber muy bien cómo ni por qué, nos encontramos embarcados en una especie de huida agónica infinita dentro de lo que podría ser un sueño, o mejor dicho pesadilla, de una mente perturbada.
A lo largo del camino deberemos sortear múltiples dificultades y enfrentarnos a cadavéricos jefes finales que bien podrían simbolizar nuestros temores o fobias más arraigadas. Tanto la música industrial como la oscuridad de los gráficos contribuyen a crear un ambiente tétrico y siniestro donde el hecho de que encarnemos a un escarabajo tampoco ayuda precisamente a levantar el ánimo.
Cláusulas suelo, multas de tráfico, Glares... cualquiera que sean nuestros temores ha llegado el momento de hacerles frente
Brian Gibson y Marc Flury son los dos únicos miembros que componen Drool, creadores del juego en su totalidad. Provienen de Harmonix (RockBand) por lo que algo de idea tienen sobre cómo implementar mecánicas jugables en las que la música, o el ritmo mejor dicho, juega un papel fundamental. Y es que Thumper es un juego que explota, y mucho, nuestro sentido rítmico. En última instancia se tratará siempre de pulsar el botón correcto en el momento exacto.
Hay que dejar claro, sin embargo, que Thumper no se aproxima, ni lo pretende, a esquemas musicales más complejos como los encontrados en REZ. Aquí la música nos acompaña, contribuiremos a ella con nuestras acciones, pero sobre todo nos serviremos de su ritmo para facilitarnos la progresión y no acabar estampados en alguna curva. De corte electrónico/industrial, la banda sonora del juego, compuesta por Brian Gibson, está disponible en las principales plataformas musicales. Para los fans más incondicionales está también accesible una versión física en vinilo con libro de arte incluído.
El vinilo luce realmente bien. Podéis escuchar un par de pistas aquí y aquí (no recomendable para días de bajón)
Mecánica
En la práctica encarnamos a un escarabajo que viaja sin frenos, a una velocidad endiablada por una especie de monorraíl infinito. En nuestro camino encontraremos diferentes elementos colocados en el suelo, a modo de baldosa luminosa, de modo que si pulsamos el botón justo en el momento en el que pasamos por encima contribuiremos a la música de fondo con sonidos de percusión. Algunas de esas baldosas nos obsequiarán con protecciones extras para nuestro escarabajo de modo que cuantas más tengamos mayor será el número de errores que podamos cometer antes de morir.
Todas las acciones que debamos realizar irán coordinadas con el ritmo de la música que esté sonando en ese momento. No es estrictamente necesario que sigamos la música, pero si no conseguimos engancharnos de algún modo a su ritmo será inevitable que tarde o temprano acabemos estampados. Conforme vayamos progresando a través de los 9 niveles disponibles iremos añadiendo sobre la mecánica básica elementos que dotarán de cierta variedad al juego como puedan ser pistas de varios carriles, enemigos que esquivar, obstáculos que saltar y todo tipo de curvas.
En la medida en que todos estos elementos se combinen a mayor o menor velocidad la dificultad del juego irá en aumento alcanzando cotas realmente altas. Si bien los 3-4 primeros niveles podremos superarlos sin demasiado esfuerzo, el resto del juego nos va a exigir lo mejor de nosotros mismos poniendo a prueba toda nuestra habilidad y capacidad de reacción. Cada una de las fases finaliza con un jefe final, realmente es siempre el mismo en distintos grados de deterioro, al que deberemos derrotar a base de realizar secuencias satisfactorias que nos permitirán dispararle proyectiles hasta acabar con su vida.
Dolorosa adicción
Hay que tener claro que la mecánica de juego de Thumper no te va a permitir literalmente ni un solo segundo de relajación. Esto quiere decir que hay que tener las pilas bien cargadas antes de decidir ponerte a jugar. Lo de dejarte llevar, o echar un vistazo a ver de qué va esto, no va a funcionar aquí; o lo das todo o mueres.
Seguramente no sea un juego al que se le puedan dedicar largas sesiones debido a las elevadas dosis de concentración que exige. A los pocos minutos te sentirás exhausto, te costará mantener la concentración y serás cada vez más consciente de que tu muerte se acerca a la misma velocidad que lo hace la próxima curva. Es en ese momento cuando Thumper te exprime el cerebro al máximo y entras en un estado de trance ciertamente adictivo en el que instintivamente pulsas botones al ritmo de luces y sonidos a la vez que el vértigo se apodera de todos tus sentidos. Quieres avanzar y sobrevivir a toda costa y desearás que el infinito monorraíl por el que se mueve nuestro pelotero amigo te de un mínimo respiro, que por supuesto no llega.
En muchas ocasiones deberemos repetir segmentos una y otra vez hasta que consigamos memorizar las secuencias más complicadas, pudiéndonos acercar peligrosamente al desquicio o desesperación. Para compensar esta desagradable sensación, cada una de las fases está divida en múltiples subfases (checkpoints) que nos permitirán repetir intensivamente los citados tramos haciéndonos sentir siempre que el avance está al alcance de nuestra mano.
Thumper consigue encontrar el equilibrio entre la desesperación y la motivación en un ejercicio tremendamente exigente de reflejos y concentración que no da tregua al jugador. Al finalizar cada una de la fases, después de fácilmente 25-30 minutos de estrés intenso, competirán en nuestro cerebro la sensación de satisfacción por el logro y la de relajación profunda. Con la sensación de haberte vaciado por completo, será entonces cuando tengamos que enfrentarnos al dilema de seguir “sufriendo” un poco más o posponer la siguiente batalla para cuando hayamos recuperado fuerzas. Sea cual sea la decisión tomada, la adictiva mecánica de Thumper ya estará instalada en nuestra cabeza y tarde o temprano querremos volver a intentarlo de nuevo.
Por si fueran pocos los nueve niveles principales que forman el juego, y que fácilmente podemos tardar unas 6-8 horas en superar, los desarrolladores liberaron una actualización gratuita que incorpora un nuevo modo de juego (JUEGO+). En él recorreremos de nuevo todo el juego con un reluciente caparazón dorado y una única vida por fase, la velocidad irá aumentando conforme encadenemos pulsaciones satisfactorias haciéndolo todo aún más difícil si cabe.
Como información adicional, decir que el juego es totalmente jugable en modo “no virtual” . Aunque la esencia del mismo se mantiene, la inmersión, como no podía ser de otro modo, cae muchos enteros. Eso sí, los poseedores de una PS4 Pro podrán disfrutarlo en 4K nativos (sin escalado) a 60 fps.
Conclusión
Los elementos fundamentales de los arcade más puros se dan cita en Thumper: mecánica sencilla y tremendamente adictiva, lo que hará que queramos volver a jugar alguna de sus fases una y otra vez. El planteamiento agresivo de sus dinámicas, su siniestra ambientación y elevada dificultad conforman un producto muy completo y equilibrado que no deja indiferente.
Thumper nos tienta a rejugar varias de sus fases, ya sea para progresar o para mejorar puntuaciones, por lo que tenemos un juego con bastante recorrido. Si te gusta pasar de cero a cien en una décima de segundo y te sobran concentración y reflejos, este es tu juego. Por todo ello le damos la nota de MUY BUENO.
Sr_Ton
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#1 18 ENE 2017 11:50
Es un juego que tengo ahí en mente para jugarlo en algún momento. Es posiblemente el juego de VR que más veces he rejugado su demo. Me encanta el infierno visual-sonoro en el que te sumerge...
HenryCO
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#2 » Respuesta a Sr_Ton #1 18 ENE 2017 16:33
Si te gustó la demo, el juego completo te encantará. Todo va a más, y el reto que suponen los niveles altos es tremendo.
Usuario eliminado (4437)
#3 18 ENE 2017 18:52
gracias por el analisis, tiene una pintaza...
He leido Demo? no la veo en steam...
HenryCO
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#4 » Respuesta a Usuario eliminado (4437) #3 18 ENE 2017 22:30
La demo referida es para PSVR.
jormaje
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#5 19 ENE 2017 1:43
Oh Dios. Los desarrolladores de RV deben tener cuidado de las adicciones y de las epilepsias. Adicciones porque este juego me recuerda mucho a la inmersión que te puede producir los tragaperras de un casino (sólo que aún más inmersivo). Y epilepsias porque casi me da una sólo de ver el vídeo.. habéis oído hablar de Polybius?
HenryCO
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#6 » Respuesta a jormaje #5 19 ENE 2017 8:15
Sobre Polybius se ha elucubrado mucho y al final no sé si llegó a pasar de leyenda urbana el asunto. Creo recordar que mucho tiempo después del juego salió uno de sus creadores diciendo que no había nada que rascar.
Por cierto, está previsto el lanzamiento de una versión para PSVR este año así que será un buen momento para recordar toda su historia.