A Wake Inn: ANÁLISIS

Bienvenidos al Silver Inn Hotel

Tras reflejar mis primeras impresiones sobre este título del estudio VR Bros, una vez finalizada mi estancia en el hotel del terror, llega el agridulce momento de escribir el análisis definitivo y puntuar un juego por debajo de lo que me hubiera gustado, porque necesitamos grandes juegos VR para PC y parece que no termina de llegar esa propuesta casi perfecta que tanto deseamos.

Todas las buenas sensaciones que me llevé recorriendo durante dos horas en silla de ruedas este hotel siniestro han permanecido hasta el final, que a mí me ha llevado unas ocho horas por tener que estar más atento que un jugador normal al desarrollo de esta historia y a sus mecánicas. Su duración será de unas seis horas, a no ser que se nos atasque algún puzle o nos falte sentido de la orientación.

Por desgracia, también los aspectos negativos detectados al comienzo de esta aventura inquietante siguen estando presentes. Me estoy refiriendo, sobre todo, a la dificultad de avanzar o maniobrar con la silla de ruedas. La idea de estar anclados a ella para aumentar la angustia de tener que recorrer pasillos y habitaciones con una velocidad y una maniobrabilidad limitadas es una gran idea para un juego de terror, pero pese al esfuerzo que han puesto los desarrolladores en facilitar diferentes métodos de desplazamiento, todos acaban resultando algo insatisfactorias.

Hay tres formas de circular con la silla de ruedas: empujando sus ruedas como haríamos en la vida real, con un joystick como si esta fuese eléctrica y utilizando un dispositivo de teletransporte que tenemos insertado en la mano. El problema de este último era su corto recorrido, algo que han mejorado con el parche publicado el 1 de mazo, y se agradece, pero el tener que escoger la dirección a la que queremos aparecer haciendo girar una flecha es algo engorroso.

Hacer girar las ruedas proporciona un desplazamiento rápido por pasillos rectos sin obstáculos, pero de estos hay pocos, y además girar se vuelve casi imposible. Utilizar el joystick es lo ideal, porque aunque en el momento de lanzamiento del juego no iba del todo fino, con la última actualización es casi perfecto, o al menos, ahora se sufre menos. Nunca me he sentido 100% satisfecho con ninguna de los tres sistemas, pero es que en la vida real tampoco es fácil moverse en silla de ruedas.

Un borrón que empeña el resultado es que cuando llega la hora de combatir cara a cara contra los muñecos que nos acosan, la lucha no es muy satisfactoria al principio. Los elementos que conseguimos para defendernos no terminan de colisionar bien contra los enemigos. No esperaba grandes enfrentamientos estando como estamos en una silla de ruedas, pero todo se limita a empujarlos y poco más. Además, se forma un lío visual muy propio de una marioneta enredada en sus propios hilos. Mi consejo, sobre todo al comienzo de la aventura, huir.

Llegará un punto en el que consigamos armas que sí funcionan bien, tan eficaces que el juego pasa casi del género del terror al de la acción, pero sin brillar tampoco en este aspecto, porque pasamos de sufrir cada vez que nos atacaba un muñeco a deshacernos de ellos con demasiada facilidad.

Los rompecabezas no son un desafío al principio de los que impiden que avancemos en la trama, y esto será para algunos un alivio y para otros una decepción. Entretienen y son bastante clásicos: búsqueda de llaves y pistas, sustitución de fusibles, encontrar rutas alternativas, cablear correctamente algún dispositivo, etc. Sí que hay alguno un poco más difícil, así que se podría decir que en este sentido el juego cumple como escape room.

Otro defecto que sufrí recorriendo este hotel es la alta optimización. No llegaba a los niveles de Hinge antes de actualizarse con el parche este mes de febrero, pero con una RTX 2080 había momentos de tirones (por ejemplo utilizando el ascensor para cambiar de planta) jugándolo en calidad media. Sin embargo, tras el parche el rendimiento ha experimentado una mejora tan grande que ahora casi podría seleccionar la opción de gráficos ultra con total fluidez.

Una pena que, una vez más, los errores se hayan arreglado a los pocos días de lanzarse el juego, con reseñas y comentarios resaltando aspectos negativos que el parche de hoy ha solucionado o suavizado. Porque en A Wake Inn hay mucho de bueno: la historia, la sensación de inmersión, la atmósfera de película de terror clásica, la música y unos gráficos de muy alto nivel. Sobre el misterio que rodea al hotel mejor no suelto ni media palabra, nada que vaya a pasar a la posteridad de la narrativa en el mundo de los videojuegos, pero la historia es interesante y está bien contada a través de notas, rollos de películas de cine que debemos proyectar y lo que nos va explicando el turbio Dr. Finnegan por radio.

El aspecto audiovisual es impecable, y pese a la oscuridad, sentimos el lujo decadente de ese hotel. Por cierto, otro detalle que antes del parche no funcionaba y ahora sí: la linterna ahora alumbra lo suficiente, siempre y cuando tenga una batería cargada.

La música y los efectos sonoros logran crear una atmósfera de inquietud y desasosiego palpable, sin tomar el protagonismo en ningún momento. No nos vamos a encontrar con sustos repentinos, ni con golpes con efectos de sonido a todo volumen, ni se abusa de melodías siniestras que anticipen los momentos de mal rollo.

La sensación de despertarse siendo un maniquí con vida, pero herido, condenado a estar en una silla de ruedas, obligado a descubrir qué está ocurriendo a nuestro alrededor es intensa. Y más con la apropiada inmersión lograda, y eso a pesar de que nuestras manos no sean sólidas y que el recoger objetos o abrir puertas no siempre funcione de forma totalmente realista.

Explorar cada habitación, recorrer esos pasillos sabiendo que a la vuelta de la esquina nos podemos encontrar con un siniestro rival, la estética steampunk, las partes de sigilo, etc... todo esto son aspectos bien realizados, y pensados para jugarse al cien por cien en realidad virtual. Como el detalle del inventario, una caja de puros que tenemos en la silla donde meter físicamente los objetos que podamos necesitar (fusibles, llaves, baterías para la linterna).

El menú de configuración, completamente RV, es una gozada. El tener que manipular palancas y botones para escoger entre cuatro opciones de calidad gráfica, la posibilidad de ajustar el brillo (hay lugares muy oscuros), el poder colocar el joystick de la silla de ruedas a la izquierda o a la derecha, distintas ranuras de guardado de partida, etc. Lástima que la elección de voces y subtítulos sea únicamente entre dos: polaco e inglés.

CONCLUSIÓN

Estamos ante un juego de terror y puzles, ante un escape room con rompecabezas, y un título de exploración y combate, que apuntaba muy alto. En sus mejores momentos me ha hecho revivir las sensaciones del primer Resident Evil, y eso es mucho decir. Sin embargo, el tener que ir en una silla de ruedas tan poco maniobrable me ha llegado a desesperar. Podría haber sido un juego sobresaliente, pero que se queda un par de escalones por debajo de su ambición.

Juego probado con Oculus Quest 2 + Link.