Moderador
19 Abr 2016 22:48
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Buenas, rovianos.
Aprovechando la decisión que ha tomado Meta esta Connect de no enviar a ningún medio en idioma español (que sepamos) una previa de los contenidos para garantizar el trabajo que hacemos como medio, que tampoco ha invitado a pruebas de hardware/juegos y de la exclusión que particularmente creo que se viene dando al segundo idioma nativo más hablado en el mundo (juegos y experiencias sin idioma español y la falta -o imposibilidad de compra- de hardware en latinoamérica), llevando por tanto a expulsar al usuario latino del uso de su tecnología por una presunta incapacidad económica, dejo por aquí la reflexión.
De tanto en tanto, todos los que hemos tenido un mínimo de responsabilidad en esta comunidad desde el comienzo hemos discutido sobre la relación que mantenemos con las marcas. Seguro que aquellos que tenéis vuestro propio canal en youtube/twitter o cualquier otra red también habéis pensado en ello.
Y es un tema difícil porque los adelantos tecnológicos de consumo suelen llegar siempre a través de las multinacionales, con presupuestos enormes, agencias de publicidad y un plan de retorno de inversión férreo. Por tanto, no podemos separar fácilmente la divulgación de la tecnología de la marca que la desarrolla. Siempre que hablamos de novedades, nuestro mensaje como comunicadores tiene como origen una nota de prensa con un ideario muy concreto.
Ese es el contexto. El usuario compra, usa los productos y da su opinión, los medios servimos de enlace y el fabricante los fabrica proponiendo directrices. Aquí es donde me gustaría preguntar abiertamente qué tipo de relación deberíamos mantener en ROV con las marcas. Hay varios escenarios posibles y todos influirán en la relación de poder que detenta la propia marca. Esto nunca ha sido simétrico.
Cuando un fabricante envía un producto a un creador de contenido o medio de comunicación, se crea un contrato. A veces se firma. A veces se da por entendido. A cambio del valor del objeto, ha de crearse un contenido con un valor similar. Gana el fabricante porque su producto se conoce, gana el medio porque a más usuarios, más publicidad, más referidos y más inversión entra para mantener el medio y gana el usuario porque recibe una información completa que solucione sus dudas en la posible comparativa. Una relación formal de equidad. O eso parece.
En realidad, el equilibrio entre crítica y publicidad, labor divulgativa o simple posicionamiento, se construye en el día a día. Aceptar un producto enviado por la empresa garantiza una inmediatez al usuario pero también obliga a la inmediatez en la creación de ese contenido. Un hecho que puede derivar en conclusiones anticipadas, falta de recorrido o lo peor, degenerar en una dinámica de "la voz de su amo", repitiendo las consignas del fabricante sin el filtro del estudio y la reflexión que se sobre-entiende del medio. En una época de inmediatez, prima el posicionamiento (a cualquier costa) que el propio mensaje. Todo a riesgo de perder el favor de esa empresa en el futuro.
Si el ir por libre te excluye de esa inmediatez (irás al ritmo del stock en tienda, es decir, tarde para miles de usuarios), ir acompañado (aceptar productos para review) te expone a perder la visión crítica. No hay equilibrio fácil y más para medios nicho. Por el valor de un visor cada dos años, el "contrato" dicta un seguimiento casi diario de su marca. Una trampa obligada de la que es imposible escapar a riesgo de perder visibilidad.
Reformular un medio de comunicación es complejo, pero creo que los que vivimos por aquí desde hace tantos años deberíamos de abordar el tema. Yo tengo mi opinón, Ramón, Juanlo, todos tenemos la nuestra propia. Estamos encantados de escuchar la vuestra