Naau: The Lost Eye - Primeras impresiones

De magia, engranajes y otros mecanismos

Tras la demo que se pudo ver en el Festival de Juegos de Steam, por fin hemos podido probar Naau: The Lost Eye durante un buen número de horas para hacernos una idea de lo que puede ofrecernos. El juego, aún con sus imperfecciones, nos deja un resultado más que ilusionante, como iremos desgranando a lo largo de este texto de impresiones.

Estamos ante un videojuego de acción y aventura con un gran peso en la exploración y en los puzles. El mundo de Naau es un lugar místico de cuento de hadas, con elfos, duendes, goblins, golems y otras muchas criaturas típicas de la fantasía. Estaríamos ante un producto situado en el género de la espada y brujería, pero con un toque muy luminoso y mágico. Sorprende ver cómo la magia y la tecnología parecen fundirse en este universo, pues a lo largo de nuestra aventura, nos encontraremos con máquinas que utilizan energía mágica para funcionar y con las que interactuamos continuamente. Es un hecho que llama mucho la atención y que me ha gustado especialmente.

Nosotros nos meteremos en la piel de una elfa que debe recuperar los cristales de poder que han sido robados por criaturas malignas... en definitiva, una vez más, la típica lucha de la luz contra la oscuridad. Para ello, iremos recorriendo un mundo de islas flotantes sobre las nubes que se unen mediante plataformas, puentes u otros mecanismos. En nuestro camino, prácticamente lineal, nos encontraremos construcciones y maquinarias realmente sorprendentes. Es un mundo que invita a ser recorrido y descubierto. En este sentido, las grandes construcciones y las escalas de sus escenarios en algunos momentos invitan a maravillarse con ellos y detenerse simplemente a contemplar. Sin duda, la dirección artística del juego destaca especialmente.

Todo es paz y armonía.

El juego se controla con los Touch, como es habitual en los juegos en primera persona. Vemos nuestras manos y podemos agarrar objetos directamente o a distancia por medio de la magia tractora. Usaremos bastones, arcos, granadas con forma de semillas y artefactos mágicos que podemos crear en zonas especiales pagando cubos de energía dispersos por el escenario. El inventario se abre ante nosotros, y cada objeto se nos presenta dentro de una burbuja de agua. Desde mi punto de vista, es un sistema creíble y verosímil, al menos en lo que a magas elfas se refiere. Como mejora, creo que sería buena idea que el inventario, una vez abierto, permaneciera ante nosotros al movernos, o al menos sea algo configurable. Es molesto ponerte a combatir, dejar las burbujitas atrás y tener que cerrar y abrir para poder sacar el arma que andes buscando.

En cuanto a las configuraciones, tenemos muchas opciones de movimiento disponibles: movimiento libre con stick, teletransporte con o sin dash, giro a tramos, giro suave... con parámetros regulables en cada uno de los apartados. Yo he jugado con giro suave y movimiento libre a la máxima velocidad, y es aquí donde he observado un pequeño fallo: al realizar los giros y cambios de dirección, se produce, eventualmente, un molesto pantallazo negro. Es cierto que dura una fracción de segundo, pero no debería estar ahí.

No me gusta y yo no le gusto a él.

Desde el comienzo del juego, todo esta orientado a la RV, dándole fisicidad a nuestras acciones. Esta manipulación de objetos queda reflejada incluso en la pantalla de inicio y en los menús. Es algo mejorable, pues las manos se retuercen a veces al recoger objetos, o bien éstos hacen algún movimiento extraño por físicas aún no afinadas, pero las intenciones son claras y se agradece. Podremos interactuar con gran parte de los objetos del escenario -no todos, ni mucho menos-, tanto para crear armas como para resolver puzles accionando máquinas de naturaleza mágica. A veces, una sala gigante será el puzle y tendremos que escalar a lo The Climb, mientras que en otras necesitaremos cargar nuestros brazaletes para activar un circuito de energía con nuestras manos. Hablando de manos y de brazaletes, la vida del personaje queda reflejada en ellas mediante los colores verde, amarillo y rojo.

El combate también es físico, pero realmente no tiene demasiada profundidad. Es el típico sistema de aporrear el aire con una escoba como si estuviéramos en el tren de la bruja de la feria de nuestro pueblo. Muchos de los enemigos pueden esquivarse yendo deprisa hacia detrás y hacia delante. Es cierto que alguno te sorprenderá con ataques inesperados, o bien ataques a distancia o de área, pero me sigue pareciendo sencillo. La IA enemiga no contribuye a ello, a veces los enemigos se quedaron trabados o mirando a la pared. Supongo que son cosas que se irán puliendo poco a poco. No obstante, es cierto que no molesta demasiado. Da la impresión que el peso del juego está en descubrir los escenarios, manipular máquinas y resolver puzles. Como curiosidad, os confesaré un pecado inconfesable: es todo un gusto agarrar a algún enemigo pequeño, darle unos azotes en el culete y lanzarlo luego al vacío. Sí, soy un sádico, lo sé...

Una máquina para gobernarlos a todos.

El título aún tiene fallos y me ha pasado de todo, desde cerrarse el juego sin motivo hasta llegar a una zona no jugable, quizás en un exceso de deseo exploratorio; o atravesar una pared mientras subía por las escaleras para quedarme suspendido en la nada más azul e infinita. Menos mal que los puestos de guardado son frecuentes, y podremos reiniciar desde ellos sin problema. De todas formas, son cuestiones puntuales que no ocurren constantemente, y una vez sorteados estos detalles, es un título perfectamente jugable y disfrutable.

Pero, ¿el juego mola? Sí, el juego me ha gustado mucho y es divertido. La sensación de caminar por el mundo presentado es muy agradable, y su música ambiental acompaña sin distraernos. Los escenarios utilizan, al menos en su tramo inicial, colores suaves y relajantes (agregan también algo de oscuridad más adelante). Con sus islas flotantes, los escenarios se parecen a los de In Death pasados por un filtro luminoso, cambiando ese purgatorio gótico por un cielo místico. Siguiendo con algunos referentes, durante el juego tendremos que resolver puzles a gran escala con circuitos luminosos y fuentes de color que me recordaron irremediablemente a los de Rangi u otros títulos similares (Transpose en algunos de sus niveles). Su estética cartoon me recordó también a Falcon Age, sobre todo en sus escenarios.

Esta habitación es una caja de sorpresas.

En conclusión, Naau aunque tiene algunos detalles que pulir, es un título muy disfrutable que invita a volver a él. Creo que si se termina de redondear podemos estar ante un juego muy atractivo para cierto tipo de usuarios entre los que me hallo. Me gusta su narrativa embebida en el propio juego y sus mecánicas. Además, gracias a los testers de la fase beta del proyecto, disponemos de textos en español, lo cual siempre viene bien. Por hacer la comparativa fácil, estaríamos ante un título con ciertas similitudes con Journey of the Gods en diferentes aspectos (ambientación, mundo colorido y luminoso...). ¿Alguién dijo Zelda Breath of the Wild? Ahora bien, en este sentido Naau es un juego más centrado e incluso lineal, con más peso en los puzles que en el combate. Explorar su mundo me genera misterio y curiosidad. Tiene por un lado magia, y por otro tecnología ancestral. ¿Tendrán ambas ramas una fuente común en el mundo de Naau: The Lost Eye? ¿Es cualquier tecnología suficientemente avanzada indistinguible de la magia? Lo responderemos en un futuro análisis...

El juego se ha probado con Quest 2 + Link (en un PC con AMD Ryzen 5 3600, 16 Gb de RAM y RTX 2060 Super).