Dick Wilde 2: ANÁLISIS
12 FEB 2020 15:00
Dick regresa con un shooter on-rails sin demasiadas pretensiones pero agradable de jugar, esta vez disfrutable por todos. Disponible para Rift, SteamVR, Windows MR y PSVR.
Arcade sin pretensiones
Si hay un género reconocido por todos y que resulta propicio para la realidad virtual es el de los juegos sobre raíles, que tras revivir con Wii hace ya una década quieren repetir jugada con los diferentes visores de RV. Dick Wilde vuelve para demostrar porqué siguen funcionando tantos años después.
De paseo por el río
El primer Dick Wilde dejó un sabor agridulce entre los usuarios debido a su sencillez y alta dificultad. A pesar de ello, el contar con soporte para Aim Controller recién estrenado el accesorio hizo que ganara tanta popularidad como para que sus desarrolladores se hayan animado con una secuela y, todo hay que decirlo, mucho más madura que la primera entrega.
Para empezar, el juego ha pasado a convertirse en un shooter on-rails. Subidos en una suerte de barcaza fabricada con unos pocos troncos de madera, nos dejaremos llevar por las corrientes de ríos infestados por todo tipo de criaturas mutantes. Para quien no lo conozca, Dick no deja de ser el típico paleto que vive apartado en el bosque con un aspecto característico: camisa de cuadros, mono vaquero, gorra y barba descuidada. Así, bien sea con un par de PS Moves o con el Aim Controller, deberemos disparar a todos los enemigos que se abalancen sobre nosotros, además de a los objetos que flotan por el río para evitar chocarnos contra ellos y llegar vivos hasta el final del río.
Niveles con estrategia
A pesar de ser niveles completamente lineales, Bolverk Games ha querido dar varias opciones al jugador a la hora de enfrentarse buscando su rejugabilidad. Por un lado tenemos varias zonas de descanso en cada nivel que, a modo de tienda, sirven para que gastemos los puntos conseguidos hasta ese momento en armas o mejoras para nuestro personaje. Comenzando todos los niveles con pistolas básicas y unos puntos iniciales para canjear, estas zonas se prestan idóneas para afrontar los niveles a nuestro gusto. Escopetas, rifles, armas escudo, aumento de nuestra salud total, botiquines para curar el daño recibido... nosotros decidimos dónde gastar los puntos si es que queremos hacerlo, o esperar a la siguiente "tienda" para optar a objetos más caros con los puntos que acumulemos.
Además, cuando llegamos a estas áreas de descanso se nos ofrece elegir qué tramo recorremos a continuación, izquierda o derecha generalmente, ya que en los niveles también encontramos unos peces dorados que, derrotándolos, conseguimos llaves también de oro. Con las llaves necesarias iremos desbloqueando nuevos niveles de juego.
Los diferentes niveles de dificultad hacen que Dick Wilde 2 no sea frustrante como su primera parte
No solo podemos desbloquear nuevas zonas para avanzar en la historia, si no que también existen algunas a modo de retos y algo más difíciles de lo habitual, con armas específicas. Y es que en este bosque nos aguardan cientos de peligros: especies de peces mutantes, aves y todo tipo de criaturas que nos harán la vida imposible, cada uno con sus patrones de ataque propios. Y no podían faltar los jefes finales para coronar este gran surtido de enemigos a los que tendremos que hacer frente.
Evolución visual
Aquel aspecto low poly de la primera parte deja paso a un estilo cartoon, que sin tener un geometría muy elaborada, sí que es agradable de jugar. Es cierto que, pese a este salto, sigue sorprendiendo que no sobresalte a los jugadores verse atacados constantemente por enemigos, que aunque no tengan el objetivo de asustar, no sientes que se abalancen sobre ti como deberían. Por otro lado no hay mareos, y la definición de los elementos es más que correcta.
Así pues, gráficamente es simplemente correcto y se hace repetitivo y genérico muy pronto, siendo el toque distintivo sus variadas y locas criaturas, haciendo mención especial a los estrambóticos enemigos finales.
En la variedad está el gusto
Un detalle importante es el mimo que se ha puesto a lo hora de elegir sistema de control. Si optamos por PlayStation Move, uno en cada mano, podemos controlar dos armas distintas a la vez. Por el contrario, con Aim Controller se limitará a una sola arma, pero además el juego también se adaptará a este sistema de control con la cantidad y comportamiento de enemigos y los requisitos en las zonas de descanso para comprar mejoras. Cualquiera de las dos opciones funciona estupendamente bien, por lo que la decisión queda en lo personal.
La importancia del sonido
Curioso y sorprendente es el hecho de que un juego que necesita feedback constante para alertar al jugador de los peligros obvie a algo tan fundamental como esto. Los enemigos no proporcionan ningún tipo de feedback sonoro cuando aparecen o atacan al jugador, dejándolo vendido en prácticamente cualquier situación. Sin lugar a dudas es un punto crítico que hace agudizar más si cabe los reflejos visuales, movimientos de cabeza y demás para saber qué peligros tenemos delante y cuándo aparecen.
La ausencia de feedback sonoro al atacar los enemigos dejan vendido al jugador en cualquier situación.
Más allá de esto, es un apartado meramente funcional, con melodías con acordes de guitarras y/o banjos rápidos y machacones que acompañan la acción de forma correcta.
Dificultad con mesura
La gran barrera que distanciaba a la primera entrega de los usuarios fue una dificultad absurdamente elevada. Es por esto que Dick Wilde 2, además de tener un selector de dificultad, es un producto mucho más amable en su toma de contacto.
Encontramos así 4 modos para elegir, siendo el segundo de ellos la dificultad por defecto que se nos ofrece y que permite disfrutar de una aventura exigente pero llevadera. Las opciones por encima de esta ofrecen retos increíblemente complicados de superar solo aptos para gente muy experta y sobre todo con un gran nivel de paciencia para repetir los niveles. Y es que morir nos penaliza con repetir cada fase desde el inicio, sin opción a comenzar desde la última zona de descanso, haciendo que los siguientes intentos resulten en ocasiones exasperantes (recordemos que a su dificultad se suma el no tener respuesta sonora de enemigos).
Por suerte, si decidimos jugar en compañía todo se torna más asequible porque curiosamente el juego no incrementa su desafío si decidimos jugar cooperando con un amigo. Con matchmaking o invitando a un conocido, Dick Wilde 2 se puede jugar en su totalidad en modo cooperativo, tornando el juego mucho más divertido y salvaje con los gritos de alerta varios cuando una piraña salta sobre nosotros por sorpresa.
CONCLUSIÓN
Mejor pero insuficiente. Dick Wilde 2 mejora en todo a la primera parte, siendo ahora un juego sobre raíles que, aunque modesto, sabe hacernos pasar un buen rato. Aprende de sus errores como la dificultad, ahora con selector de la misma, tiene un lavado de cara visual interesante y un desarrollo que intenta aportar rejugabilidad. Además, sea con PS Move o Aim controller se juega estupendamente bien y sin ningún tipo de mareo. Por desgracia su propia naturaleza le hace caer en la repetición y lo convierte en un producto que, si no fuera por la realidad virtual, no tendría muchos alicientes para ser disfrutado.
El juego ha sido analizado en PSVR.
kiketron
Visores
#1 12 FEB 2020 21:11
Yo lo probé un rato y me parecio una birria. Un 5 y demasiado. Es un juego que instalas, pruebas ves lo que es ... y lo desinstalas y a otra cosa mariposa. Si lo jugaras en una recreativa de VR un rato 5 minutos, pues si saldrías con una sonrisa, pero en casa... es repetitivo, sin argumento,. todo el rato disparando es cansino. No da mucho de si. No pagaría ni 1 euro con todo lo que hay en VR a día de hoy.