Retronika: ANÁLISIS
20 FEB 2025 19:00

¿Te gustaría pilotar una moto voladora en un mundo que parece extraído de la serie Futurama? Puede que Retronika sea lo que buscas. Disponible para Quest 2/3/Pro, Pico y HTC Standalone.
Sobrevolando el futuro
Los juegos de velocidad a pesar de su estupendo encaje en la realidad virtual no son los más prodigados que digamos. Por eso mismo Retronika con su mezcolanza de géneros y particular estilo visual llama tanto nuestra atención. Nuestros quehaceres son muy sencillos pero lo importante es aprender a pilotar nuestra hoverbike. Colocamos físicamente la distancia del manillar a nuestro gusto y… ¡a correr! Basta con inclinarlo a izquierda o derecha mientras lo agarramos y alejarlo o acercarlo hacia nosotros para modificar la altura para tener bajo control el vehículo, estos últimos solo posibles con ambas manos.
¿Hay más? Resulta que unos drones y otros vehículos no dejan de interponerse en nuestro camino y la mejor forma de quitárselos de encima es, como no, repartiendo plomo. A ambos lados del cuerpo del vehículo se imantan un par de armas de fuego que pasarán a nuestra mano al soltar el manillar (dejando de pulsar el botón correspondiente) para, mientras conducimos, con la otra mano disparar a aquellos que insisten en complicarnos el trayecto. También es posible disparar a dos manos pero con el tráfico que inunda los niveles no se presta mucho a ello. Por suerte la música dinámica nos advierte de cuando hay enemigos a nuestro alrededor lo que ayuda a colocar la moto en una buena posición para intentarlo.
Nuestro objetivo principal en Retronika es llegar a la meta sanos y salvos. Hay misiones de otros tipos que nos instan a acabar con un número de enemigos concretos o finalizar el recorrido en un tiempo máximo pero al final, de lo que se trata es de sobrevivir. Los 50 niveles que componen el juego nos calificarán con hasta tres estrellas en función de cómo lo hagamos además de premiarnos con dinero para mejorar nuestra moto y también adquirir nuevas armas para que nuestro vuelo sea lo más llevadero posible. No será un viaje especialmente sencillo pero los cuatro niveles de dificultad garantizan una buena adaptación para todo tipo de jugadores.
Retronika comienza lento, con una curva de aprendizaje que se alarga demasiados niveles donde hacemos poco más que evitar el tráfico de la ciudad (parece que siempre sea hora punta) y su desarrollo, con recorridos completamente lineales, tampoco ayudan a que las primeras sensaciones sean algo dubitativas. La pistola inicial tampoco es la más veloz del mundo y pronto notamos injusto el sistema de energía / vitalidad que disminuye con cada disparo, choque o salida del circuito provocando muertes insalvables si nos despistamos tan solo un segundo. Se penaliza en exceso esto último. Por suerte esto cambia cuando comprendemos mejor como actuar.
Hay 50 niveles pero son todos muy similares.
Mucho pero sin curvas
Desafortunadamente el desarrollo del juego es demasiado plano, con un alto volumen de niveles que no aportan jugablemente demasiados ingredientes y con ciertos problemas de control que nos la jugarán cuando menos lo necesitamos ya que si el visor pierde de vista una mano, por ejemplo, no podremos girar el manillar mientras disparamos con la otra. La cosa se anima a medida que se incrementa la velocidad del vehículo, obtenemos nuevas armas y nos enfrentamos a uno de los tres jefes finales disponibles. Pero lo cierto es que no termina de despegar una jugabilidad limitada por su propio diseño de juego a pesar de agradarnos la idea de combinar la conducción y los disparos.
Quizá esa monotonía jugable no sería tan acusada si su inicialmente atractivo universo también ofreciera más variedad y sobre todo una mayor distancia de dibujado, teniendo siempre frente a nosotros una neblina constante que le hace menos vivo y atractivo de lo que podría llegar a ser. Sus formas nos gustan, el cell shading le hace camuflar las evidentes carencias gráficas y si su sistema de progresión fuera algo más suave para juguetear con la personalización de la moto desde el principio, eliminado algunos niveles para quitarle paja, Retronika podría ser un producto mucho más directo y llamativo. Estaría más cerca de convertirse en ese producto arcade que busca ser.
Si fuera más directo en su progreso estaría más cerca de convertirse en ese producto arcade que busca ser.
Están de camino nuevas actualizaciones que irán mejorando la experiencia poco a poco (se ha mejorado la usabilidad, incluido llaveros decorativos, modo endless nuevas skins...) pero pensamos que debe ir un paso más allá para ser el juego arcade que prometía. Los circuitos en línea recta ponen difícil añadir cambios sustanciales en su núcleo jugable pero tiene los ingredientes como para poder destacarlos y hacer, aunque en menor cantidad, niveles más interesantes desde el principio. Nos viene a la cabeza el olvidado Stardust Odyssey, una joya perdida exclusiva de PSVR1 que, salvando las distancias, ofrecía un diseño de juego robusto del que Retronika podría tomar como ejemplo para mejorar.
Por el camino quiere, a través de un robot la mar de simpático, poner una excusa narrativa detrás de todo y aunque no consiga captar nuestra atención hace las veces de guía entre niveles para comprender las posibilidades de juego en nuestros primeros pasos con él hablándonos en inglés con subtítulos en castellano. Si conectas con él la rejugabilidad está a la orden del día para batir marcas en cada nivel bien para comprar todo lo posible en la tienda o simplemente por demostrar, en la clasificación online de cada fase, que eres el motero más rápido de esta neblinosa ciudad futurista.
Una buena puntuación nos premia con monedas para mejorar la moto, tunearla y comprar armas.
Conclusión
Retronika pone una idea interesante sobre la mesa pero no termina de cuajar. Su desarrollo es lento, los niveles no siempre aportan algo y su progresión necesita una revisión para que conducir y pegar tiros sea algo más inmediato y accesible. Una lástima que su ciudad futurista sea una amalgama de tráfico en línea recta y con una niebla que no deja ver ese futuro al que nos quiere transportar.
Análisis realizado en Meta Quest 3 sobre la versión del juego 0.9.23
carlos_car
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#1 20 FEB 2025 22:01
Stardust Odyssey desapareció de la Store de PlayStation,viva la preservación de los videojuegos digitales,el otro día no pude jugar a Xbox360 Al pinball de los vengadores que tengo comprado y en VR Vendetta Rising sólo es un nombre en mi biblioteca, sólo nos hacen comprar humo, que vuelva el Commodore 64 por favor y respeto al juego que se comenta otra semana que en Quest habrá juegos de la app LAB y en psvr2 y pc poca cosa
Vrecino
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#2 21 FEB 2025 12:49
El "tutorial" para aprender a manejar la moto voladora necesita un repaso, es simple como el mecanismo de un botijo, y aún así, casi no consigo arrancar y empezar el juego.
Hay varios modos de dificultad, en el más bajo te puedes centra más en volar y esquivar el tráfico, que en disparar. La estética mola.